Desde 1973, el dicloroacetato de sodio (DCA ) se utilizaba para tratar diversos trastornos mitocondriales. Inhibe la actividad de la piruvato deshidrogenasa quinasa y reduce la acumulación de lactato en los tejidos corporales. Su uso para el tratamiento de la acidosis láctica ha tenido éxito y se sigue utilizando hasta el día de hoy, se utiliza en varios centros de investigación y médicos en los Estados Unidos y Canadá.
La mayoría de las personas que han utilizado el DCA son niños con trastornos mitocondriales congénitos. El uso del fármaco podría reanudar la función normal de las enzimas celulares y evitar mayores daños neurológicos, discapacidad mental, microcefalia, ceguera y trastornos del movimiento. La seguridad del dicloroacetato se confirmó mucho antes de que se pensara que podía ser útil para los enfermos de cáncer.
En la década de 1920, el bioquímico alemán Otto Warburg descubrió anomalías en el metabolismo de las células cancerosas. Las células normales obtienen energía mediante la oxidación de la glucosa, que requiere la presencia de oxígeno. Las células cancerosas dependen de la glucólisis para obtener energía, y ésta puede producirse sin la presencia de oxígeno, pero depende de la disponibilidad de azúcar. Las células cancerosas favorecen la glucólisis incluso en presencia de oxígeno adecuado para la fosforilación oxidativa, lo que provoca un apetito voraz por la glucosa. Este fenómeno llevó a Warburg a proponer que el mal funcionamiento mitocondrial era la causa principal del cáncer. El decloroacetato sódico (DCA) actúa inhibiendo el«efecto Warburg»
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El DCA obliga a la célula cancerosa a abandonar su proceso metabólico preferido y también induce la apoptosis, o suicidio celular. La razón por la que el cáncer crece tan rápido es que las mitocondrias se han desactivado, por lo que las células eluden la apoptosis y son capaces de crecer en ausencia de oxígeno. El DCA invierte esta situación. En efecto, el DCA provoca directamente la apoptosis de las células cancerosas y actúa de forma sinérgica con otras terapias contra el cáncer.
– En 2007, el Dr. Evangelos Michelakis de la Universidad de Alberta en Canadá publicó un trabajo de investigación que renovó el interés por el DCA. Demostró el potencial del DCA para reducir los tumores cancerosos. En el estudio se administró DCA a ratas con células tumorales trasplantadas (cerebro, mama y pulmón). El DCA mató las células cancerosas sin afectar a las células sanas. Los tumores de las ratas disminuyeron hasta un 70 por ciento en tres semanas de tratamiento con DCA:
Un eje mitocondria-canal K está suprimido en el cáncer y su normalización promueve la apoptosis e inhibe el crecimiento del cáncer
Otros investigadores han seguido y confirmado los efectos anticancerígenos del DCA. Sin embargo, la mayoría de los estudios se han realizado en cultivos celulares en el laboratorio, y no en los propios pacientes con cáncer. Pero los resultados son muy consistentes, lo que sugiere que el DCA es eficaz contra una amplia variedad de tipos de cáncer.
– En 2013 se completó en Canadá un ensayo clínico de fase 1 con dicloroacetato (DCA). Demostró que el DCA es factible y bien tolerado en pacientes con gliomas malignos recurrentes y otros tumores metastásicos en el cerebro utilizando el rango de dosis establecido para enfermedades metabólicas:
Ensayo de fase 1 de dicloroacetato (DCA) en adultos con tumores cerebrales malignos recurrentes
– En otro estudio, cinco pacientes con glioblastoma multiforme fueron tratados con DCA oral durante un máximo de 15 meses. La investigación mostró resultados clínicamente prometedores en cuatro de los cinco pacientes:
Modulación metabólica del glioblastoma con dicloroacetato
– El Medicor Cancer Center de Canadá es una clínica oncológica que actualmente ofrece terapia con DCA a sus pacientes. Ha publicado varios estudios de casos sobre la seguridad y eficacia del DCA. Sus datos observacionales de pacientes tratados con DCA en el mundo real están a disposición del público.
– A día de hoy, se están llevando a cabo varios estudios clínicos y muchas investigaciones preclínicas. Recientemente se ha observado que el DCA puede funcionar por sí solo, sin embargo, proporciona los máximos resultados en terapia combinada con otros fármacos durante un periodo de tiempo prolongado.